Una dosis de relajación {*Libre*}

Aquel sábado de septiembre estaba siendo especialmente caluroso. Ya llevaba alrededor de una semana en Hogwarts. Las clases no las llevaba mal, pero parecían algo diferente, seguramente con cada profesor era diferente, de un colegio a otro, de una asignatura a otra, así que no había otra que acoplarse, como a todo en el colegio. Para el tiempo que llevaba me lo empezaba a conocer bastante bien, y ya lo había visto todo.

Aquel día se había programado una excursión a Hogsmeade. Yo podría haber ido pero preferí no hacerlo, apenas llevaba una semana en Hogwarts y todavía no tenía la necesidad de salir corriendo. A aquella salida había ido casi todo Hogwarts, excepto los alumnos de primero y segundo que no podían salir, y algun que otro estudiante de cursos superiores, como yo. Pero éstos últimos eran más bien pocos, suponía que con los dedos de las dos manos los contarías a todos de sobra.

Había empezado a pasear por los terrenos de Hogwarts, sin nada mejor que hacer después de terminar mis deberes del viernes. Cuando llegué al lago negro me entretuve un poco lanzando piedras, aunque pronto me aburrí. Fue más rápida mi desaparición del lugar cuando empecé a escuchar a un grupo, que parecía númeroso, de niños de primero. No me apetecía para nada soportarlos así que me dirigí hacia la parte del lago que no se veía desde el castillo, por lo que era algo más... íntimo.

Uno de los primeros días, en uno de mis paseos de reconocimiento del lugar, me había encontrado con un paisaje que me había fascinado, y desde ese momento era mi favorito del colegio, aunque también habían otros que me gustaban.

Las cascadas. Estaban en el linde del bosque prohíbido, desde una pequeña montaña se elevaba y de ahi salían las cascadas. El pequeño lago que había abajo, poco profundo, pues ya me había metido se iba ensanchando hasta el lago negro que todos conocían. Al parecer aquel lugar era bastante desconocido, cosa que agradecía. Me gustaba demasiado para no poder disfrutarlo por sobrepoblación en el lugar.

Nada más llegar a la orilla, cerca de las cascadas, miré hacia atrás, asegurándome que nadie podía verme, o me habían seguido y venían hacia aquí. Luego no me lo pensé dos veces y empecé a quitarme la camiseta de tirantes que llevaba. Acto seguido me deshice de los zapatos, y de los pantalones, quedándome en ropa interior. Y rápidamente me metí en el agua, no sin antes esconder bien la ropa, los zapatos... y la varita, en un saliente de la roca algo mojada, pero no me importó, luego me ocuparía de secarlo todo.

Dentro del agua pude relajarme todo lo que necesitaba. Me metí totalmente, cabeza incluída para salir a los pocos segundos. Me tumbé hacia arriba, flotando en el agua.
-Caminaré, y no te veré, sóla en el camino, lejos te sentiré. Te esperaré, tu amiga más fiel, contigo a tu lado... tu no me dejes -empecé a cantar en un susurro.

Un sábado caluroso... los detestaba, para eso ya estaba el verano! demasiado caluroso como para poder mantener la calma sin hacr nada dentro del castillo y a la par demasiado frío como para baarse en el lago o no coger frío con ropa corta en muy poco tiempo.
Aunque más que ese clima, aun me molestaba más las salidas a Hogsmeade, no sé... ya había estado por allí todo el verano antes de irme al mundial con mi padre, para qué quería volver? me sacaban de quicio todas las niñatas empujándote para correr hacia Tiros Largos moda, los niñatos de tercero intentando comprar cervezas de mantequilla y algunos intrépidos entrando en cabeza de puerco, para ser echados poco tiempo después.

Por lo que simplemente me enfundé en mi camisa blanca con el escudo de mi casa grabado, sin necesidad de la túnica, con la cual estaba seguro de que me asaría y que echría de menos en cuanto temrinase mi paseó. Mi destino? fácil... el bosque prohibido, ese lugar era sumamente tranquilo, los niños tenían miedo de acercarse, las chicas pasaban por allí, pero les acababa entrando el miedo, desde luego, pensases lo que pensases, el bosque era sin duda un lugar espléndido para pasar una tarde sin compañía, y más si eras Slytherin, había que ver la cara de ciertos magos... y no tan magos al ver a uno de los nuestros en las inmediaciones del lugar, probablemente su cara de desorientación y un miedo infundido era lo que más me gustaba.

Al estar ya en un lugar lo suficientemente apartado como para que nadie pudiese molestarme al curiosear, saqué la varita y me puse en posición de duelo, empezando a lanzar cosas simples como ascendio o flipendos, pero luego sonreí divertido, volviendo a uno d elos momentos de mi infancia y agité la varita viéndome rodeado de dementores -Expecto Patronum!.- Grité apuntando en dirección a la cascada que estaba un poco más allí, aunque era un hechizo bien poco querido por mi padre, por razones obvias, y por el cual yo dejaría de usarlo nada más salir del isntituto, me encantaba ver salir volando a aquel animal plateado, era simplemente precioso... y en cuanto a recuerdos felices, no tenía problemas, no me podía quejar de la infancia que había pasado y desde luego me sobraban momentos de esos... claro que, por eso hacía los patronus a escondidas, lo malinterpretarían y me tomarían por un blando, además de infantil... y ante el último adjetivo no me podía defender por que... sí, me gustaba y que?

El miembro 'Caden Danvers' ha efectuado la acción siguiente: Dados de Hechizos

'Dados de Hechizos' : 5, 2

El patronus me slaió medianamente bien, por lo que sonreí de medio lado empezando a correr, saltando, esquivando y rodeando árbolessiguiendo aquel destello plateado, quería saber cuánto duraba esta vez.
Aunque este se me perdió de vista unos instantes, solo oyendo un ruido ensordecedor... "Que raro... hace 5 metros el ruido no se detectaba" fruncí el ceño para mí mismo, empezando a andar lentamente, aminorando la marcha, escrutando el panorama mientras trataba de ver todo lo que estaba allí.

Me pareció ver movimiento entre algunos matorrales, por lo que agradecí tener la varita ya en alto, mi ceño se frunció apuntando en esa dirección cuando un destello plateado vino hacia mí, estrellándose y acabando en un humo blanco... mi patronus. Suspiré llamándome idiota a mí mismo mientras rodeaba el último árbol para ver todo aquel panorama... wao, realmente era... existía este lugar? era raro, muchas veces había pasado cerca de aquí y ni me imaginaba que había una cascada. Me guardé la varita en la parte de atrás de mi pantalón y me acerqué al lago sin percatarme de que realmente había alguien.

Casi al momento de que el patronus desapareciera de mi vista empecé a escuchar unos pasos que se acercaban rápidamente. Finalmente pude ver como alguien salía entre la vegetación y se quedaba mirando el lugar, algo asombrado diría yo, mientras se acercaba al lago.

Le reconocí de inmediato. Estábamos en la misma casa y en el mismo curso. Caden Danvers. Nuestra relación era algo... rara, dificil... no sabía como definirla. Discutiamos bastante y había algo de rivalidad. Parecía raro con el poco tiempo que le conocía pero era así. Al mismo tiempo, al menos personalmente... me atraía, ¿por que negarlo?

En cuanto se fue acercando al lago me relajé, al tiempo que veía como guardaba su varita, con la mía todavía en la mano.
-Perfecto -bufé, al tiempo que dejaba la varita escondida sobre mi ropa, aunque sin apartarme de la roca en la que estaba.

Al llegar a aquel lugar, donde me había quedado realmente asombrado y el cual ya había coronado como "mi lugar secreto" oí un bufido procedenete de unos arbustos cercanos, un bufido que me sobresaltó y que me hizo retroceder en dirección contraria a la voz, pero a la vez, un bufido que me quitó el cartel de "mi lugar secreto" que en gran parte era lo que más me importaba.

Las cascadas caían con gran estruendo, creando una espuma al final de su recorrido realmente apetecible que te hacía olvidar el poco calor que hacía allí, cosa que le debió pasar a Selena, la chica que había hablado y a la cual ya había reconocido... no sabía por qué, esa chica era rara... me encantaba, estaba buena y podía ser un encanto, pero una parte de mí la detestaba, razón? posiblemente porque pensaba que era una enchufada a Voldemort, pero nada más allá de una mera rivalidad.
Para excusarme del patronus, volví a adoptar la faceta que todo el mundo ocnocía de mí, la borde y realmente odiosa, alzando una ceja ante la chica, observando su precioso cuerpo y pensando cosas poco apropiadas, aunque lo camuflé con una sonrisa burlona.
-Vaya... al final no eras un dementor... un patronus invocado para nada, la próxima vez procura ser un poco más agradable a la vista, quieres? ya decía yo que incluso uno de sos bichos no podía ser tan feo.- Torcí mi boca en una mueca desagradable, claramente, solo lo decía por picarla, pues la chica estaba realmente buena, o al menos a mi parecer.

Sonreí de lado, pícaramente, cuando el chico retrocedió unos pasos ante mi bufido. Definitivamente no me había visto antes. Le miré con una ceja levantada cuando me vio. Caden siempre era muy borde, por lo que no me sorprendieron demasiado sus palabras.
-Mejor para ti. Si hubiera un dementor por aquí ese patronus no haría mucho. Tendrías que hablar con el profesor de Defensa para que te dé unas clases extras. O practicas más -comenté, encogiéndome de hombros finalmente.

No esperé su reacción, ni su respuesta y volví a meterme unos pocos segundos totalmente bajo el agua, el suficiente para mojarme el pelo.

Había estado pensando en salir del agua cuando vi su patronus, y al parecer su aparición había retrasado un poco el plan, pero no quería decir que estaría ahí metida hasta que él se fuera. No era una chica demasiado vergonzosa, y total... no es que fuera desnuda. Ante aquel pensamiento me encogí de hombros. Mi cabeza estaba dirigida en su dirección, pero la mirada la tenía perdida, sumida en mis pensamientos.