Cosas que no debería descubrir nadie. {Danvers}

Sabía que no debía estar allí, y mucho menos a aquellas horas, pero no le importaba. A Scarlett le gustaba tener lo que deseaba, y a pesar de que aquello era más bien cuestión de control, no había podido resistir la tentación. Sabía que estaba mal pero no había tenido otro remedio. Era la una de la mañana, y Scarlett había aprovechado la tranquilidad completa de su sala para escabullirse y salir, rumbo hacia algún lado en el que poder estar tranquila. Iba vestida con una túnica negra y verde que había preparado para el momento, y que estaba perfectamente lisa y limpia, justo como le gustaban las cosas a la gemela de los Madness.

Paseó durante un rato por los pasillos del castillo con su típico andar silencioso, pero en cuanto llegó a aquél lugar sabía que allí estaría bien. Suspirando, el Lumos que había iluminado todo el camino se apagó y sacó dos objetos muggles que fingió mirar con interés en la oscuridad. A pesar de que su rostro se mostraba impasible, realmente estaba nerviosa. No podían pillarla cayendo en aquél asqueroso vicio muggle, sería su fin... pero no podía resistirlo. Se enchufó el cigarro sintiendo una mezcla de nerviosismo, asco, y al mismo tiempo alivio.

La una de la mañana... que hacía caminando yo por esos pasillos? sabe dios... Simplemente llevaba una túnica por encima de la ropa interior... sí, me gustaba dormir en ropa interior, pero claramente no iba a salir a pasear por ahí semidesnudo, parecería que era fruto de una especie de broma o cosa por el estilo... cosa que no desearía que ocurriese.
Con la misma túnica con la que asistía a clases, pues realmente no era uno de esos pijos que tenían una para cada ocasión, caminaba observando los cuadros con expresión silenciosa, otra vez ese maldito ataque de insomnio... ya le había preguntado a los que sabía que no iban a hablar sobre si conocían alguna poción adormecedora o alguna de esas cosas, pero ninguno era lo suficientemente útil. Mi varita la llevaba en mano, pero no con el hechizo "lumos" encendido, ya que eso alertaría a cualquier vigilante, cuadro, e incluso fantasma, había que ser realmente tonto como para llevar un Lumos encendido a estas horas de la noch... pero qué coño?

Sonreí de medio lado, aguantándome una carcajada, relamente dificil era hacerme sonreir, pero aquella coincidencia me mató, no pude evitarlo... Alguien con un hechizo Lumos salía de una de las esquinas hacia las que yo me dirigía, tomando camino hacia... el pasillo prohibido? Deswde luego no era un prefecto, o quizás si? El caso, es que me sentí como uno de aquellos pequeños peces que se dejan llevar por la luz de un depredador, nada más lejos de la realidad pues su portador debía ser realmente imbécil para andar con un cartel luminoso que indicaba "Estoy aquí, quitadme 50 puntos!".
Me asomé por la esquina al oler una cosa realmente extraña, creía recordarla pero no de qué, y entonces la ví. Una mueca de asco, no por lo que estaba haciendo sino por quien era, apareció en mi rostro... realmente odiaba a esa persona, incluso siendo de mi casa... solo dos desempeñaban ese sentimiento hacia mí, y curiosamente los dos eran de la misma casa... esa rata fumacosas, y Flerv.
-Un vicio Muggle... ya decía yo de donde lo recordaba, luego... te quejarás de tu padre... pero haces méritos para ganarte su asco... ya no hueles demasiado mal por tus propios méritos... como para tener que torturarlo tambien con... como se llama eso?.- Sonreí de medio lado, había pensado en marcharme pero contárselo a su padre iba a ser un espectáculo digno de ver... no iría corriendo como auwellos chivatos, esperaría el momento justo, para atacar con una mordedura "letal" para ella.

A penas estaba en la primera calada cuando se atragantó con el humo al escuchar una voz a su lado, no podía ser... ¡mierda! se le había pasado apagar el Lumos. El cigarro se le cayó de las manos cuando dio un respingo debido al susto, mientras tosía sonoramente. Intentó bajar la voz conforme volvía a controlar su garganta, y cuando se calmó, con un movimiento rápido de varita hizo desaparecer el cigarro y el humo, dejándo así cero rastro del olor del tabaco. Solo había un problema, y es que la persona que la había descubierto lo había visto demasiado bien como para decirle que todo eran visiones suyas. Además, por que sabía quien era, en cuanto escuchó aquella voz tan molesta lo había sabido.

¿Como había podido tener tanta mala suerte? Scarlett no se lo podía explicar en esos momentos, podría haberle pillado cualquiera, y, sin embargo, tenía que ser él. Caden Danvers, hijo de una familia muy cercana a los Madness y que Scarlett, simplemente no soportaba. Incluso siendo de la misma casa, le había declarado la guerra desde que lo había conocido. Y sabía que él sentía lo mismo hacia ella, simplemente se odiaban, y no podían evitarlo.

Scarlett lo miró directamente a los ojos, con la mirada desafiante, mientras éste soltaba no más que veneno por la boca. No solo había pillado a Scarlett en uno de sus vicios muggle, si no que encima estaba tocando el punto más débil de la chica. Aquello si que era mala suerte. Sin perder el desafío de la mirada, se dispuso a contestar.

-No es asunto tuyo, Danvers. Además, ¿cuando me has escuchado quejarme de Jackssen Madness?.-dijo, pretendiendo ser todo lo desafiante que sabía (que en realidad era mucho), pero sus palabras habían perdido efecto por que, realmente, y por primera vez en su vida, Scarlett estaba asustada.