Banquete de Selección... ¡mi Selección! {*Druella M. & Libre*}

Sonreí mirando los terrenos que rodeaban el castillo mientras avanzabamos en los carruajes. Sel parecia inmersa en su mente y supuse que por su cabeza pasaban un millón de preguntas, las mismas que seguramente se me pasaron a mi cuando llegué a Hogwarts. Esperaba que de un momento a otro hiciese alguna pregunta en voz alta pero realmente la pregunta que hizo me sobresaltó aunque yo tambien me habia echo esa pregunta cuando vi que se movian solos. Intente recordar la cara de papa cuando le pregunté, apostaria la varita a que mi cara ahora era igual, de desconcierto total. Sonrei de lado. -No lo se de primera mano pero una vez oí que son una especie de caballos... creo que solo los que han visto morir a alguien los pueden ver.- le dije enredando un dedo entre mi sedoso pelo. La verdad esque no recordaba bien a quien le habia oido aquello, seguramente fue algún alumno que habia perdido a alguien.

Cuando bajamos del carruaje vi como Selena se quedaba mirando al castillo asique la imité durante unos segundos recordando la primera vez que vi el castillo, me habia quedado asombrada... y yo que creia que Scorpius me mentia cuando hablaba de el.
Rei por lo bajo mientras la gente que venia de otros carruajes nos empujaba levemente para poder pasar. Cogi a Sel por la muñeca para avisarla de que debiamos entrar y emprendi el camino hasta las puertas que franqueaban la entrada al castillo.

Me había quedado ensimismada mirando hacia el castillo. No noté que los alumnos que venían en carruajes detrás del nuestro nos empujaban hasta quien fue Druella quien empezó a estirar de mi, en dirección a las enormes puertas dobles que franqueaban la entrada al castillo.

En ella había un mago de entrada edad, que supuse que sería el conserje. No esperaba que me conociera, en cambio, cuando pasamos por su lado me tomó del brazo para pararme, por lo que le dediqué una mirada asesina. En seguida me soltó.
-¿Señorita Brandon? Supongo que sí -dijo, sin dejarme contestar-. Cuando empiecen a entrar los alumnos de primero en el comedor tienen que dirigirse al lado de la mesa de profesores.

Asentí casi imperceptiblemente a la par que empezaba a caminar de nuevo. No comenté nada al respecto, pues supuse que Druella lo había oído tan claro como yo.

Nos dirigimos, como guiadas por la marea de alumnos que llevaban la misma dirección, hacia el Gran Comedor, donde tendría lugar la Selección de los nuevos alumnos y la de los hermanos Brandon.

Me quedé pasmada cuando entré a la estancia. Era enorme, cosa que imaginaba, y estaba decorada para la ocasión. Los colores de cada casa se veían por todos lados. Lo que más me gusto fue el techo, el cual no parecía encontrarse ahí, pues era el mismo cielo de fuera. Un hechizo que me gustaría utilizar en mi habitación. Sería perfecto.

Mientras entrabamos busqué un par de cabezas rubias que indicasen que el resto de los Mafoy ya habia entrado en el castillo, a lo lejos divise la cabeza de mi gemelo que parecia algo ahogado por la muchedumbre, sin embargo yo sabia que estaba bien llamalo intuición. Una vez localizado Xas no me moleste en buscar a Scorpius, el ya era grandecito para cuidarse solo.
Me sobresalto que Sel se parase de golpe pero vi que el conserje la habia agarrado y le decia como debia prodecer al entrar los nuevos alumnos. Al menos ya sabiamos como iva a ser su selección. En el fondo de mi ser deseaba que la morena entrase en Slytherin ya que asi la veria mucho mas y en el fondo pensaba que si caia en otra casa significaria que ya era hora de jubilar al viejo sombrero. Sonrei de lado a Selena y seguimos avanzando empujadas por el resto de estudiantes. Al entrar no le dediqué mas de un par de miradas rapidas al techo, ya me habia acostumbrado a que cambiase cada dia y que mostrase el tiempo que hacia fuera, un gran hechizo sin duda pero cuando llevabas cuatro años viendolo ya no era tan impresionante. Sel parecia extasiada mirandolo lo que me provoco una sonrisa divertida en los labios. Mire hacia la mesa de Slytherin y descubri con gusto que mi sitio habitual estaba libre. Le hice una seña a Selena para que me acompañase hasta la mesa a esperar a que los nuevos entrasen por las puertas y ella y sus hermanos fuesen a hacer su selección.

Seguí a Druella hasta la mesa de Slytherin, a un sitio en concreto, lo supe de inmediato, pues iba muy decidida. Muchos de los alumnos que allí se encontraban me miraban, algo normal teniendo en cuenta que yo no era de esa casa, al menos no todavía.

Me quedé de pie cuando llegamos al lugar que suponía era el que Druella utilizaba siempre en esa mesa. Levanté la cabeza hacia la mesa de los profesores por si veía a alguno de mis hermanos. Ni rastro de los dos. Así que dirigí mi mirada hacia la puerta de entrada del Gran Comedor, solo para echar un vistazo, tampoco me iba a obsesionar pensando si entraban o no.

-¿Suelen tardar mucho? -le pregunté a la rubia, sin darme cuenta si quiera de las miradas de unos cuantos a mi alrededor.

Sonrei a mis compañeros nada mas sentarme y luego miré a Sel que no parecia decidida a sentarse. Pronto supe porque miraba inquisitivamente a varios lados de comedor. Yo llevaba años preguntandome algo parecido, siempre se me hacia muy larga la espera hasta que los nuevos entraban al comedor. Aun así no quise ponerla nerviosa asique fui cuidadosa con mis palabras. -Antes de que los nuevos alumnos entren los viejos alumnos deben estar todos sentados en sus respectivas mesas.- le explique tirando con suavidad de su muñeca para que se sentase y pasase de las caras de el resto de alumnos. [color] le dije sonriendo mientras palmeaba el banco a mi lado y miraba a mi alrededor a ver si por un casual veia a Scorp, al final le vi sentado al final de la mesa de Slytherin y me di por satisfecha habiendolos localizado a ambos. Mire a Sel con tranquilidad para que no se pusiese nerviosa.

Tras salir del Expresso de Hogwarts volví a juntarme con mi hermano gemelo, con el cual compartíamos la costumbre de entrar juntos. Nos sentamos el uno al lado del otro en el mismo carruaje con los alumnos de Slytherin con los que él se había juntado en el Expresso y mientras charlaban sobre sus impresionantes veranos (conversación que había salido en el tren y que, al parecer, no había finalizado aún), Scarlett se limitaba a mirar hacia un lado sin mucho interés en la conversación. Todos los que iban con ella la conocían y sabían que no era muy dada a las conversaciones, por lo que no se preocuparon por preguntarle sobre su verano. Además, Dimmytrian ya se había encargado de explicar lo que habían hecho por ella, ya que, como todos y cada uno de los veranos, el último también lo habían pasado juntos.

No se puede decir que Scarlett no sintiese emoción cada vez que cruzaba el gran portón que le daba paso al castillo en el que estudiaba, solo que sabía esconderlo muy bien. Sin mediar palabra, entró en el gran comedor en busca de un asiento en la larguísima mesa de Slytherin, ya que había sido de las últimas alumnas en entrar.

Se sentó justo en frente de alguien que conocía bien. Druella Malfoy había entrado en Hogwarts un año después de Scarlett, sin embargo, la conocía de antes, debida al trato que tenían sus familias por sus pasados, como decirlo... sirviendo al serño oscuro. Miró de soslayo a la chica que había sentada al lado de la rubia, que no parecía muy convencida.

-Vaya, vaya.-dijo, al fin.-La chica Malfoy... con una nueva inquisición.-la sonrisa que curvbó los labios de Scarlett era completamente irónica. Druella Malfoy le caía bien, incluso habían entablado una relación de amistad, que no era nada aburrida, puesto que siempre estaban compitiendo. Por eso a ella siempre se le dignaba a hablarle.

Escuché sus palabras, e hice una mueca. Era una manera muy sutil de decir que iba a tardar bastante. No había más que ver el Gran Comedor, la mayoría de los alumnos aún revoloteaba de un lado a otro. ¡Ya podían sentarse de una vez y hacer que todo fuera más rápido... pero no!

Noté un leve tirón, y Druella me dije que me sentara a su lado. Lo hice como a camara lenta. Apenas me daba cuenta de todo lo que pasaba a mi alrededor, había demasiadas cosas que observar.
-Me parece ridículo que esté imaciente -susurré-. Solo es cuestión de esperar un poco, acabará llegando -agregué encogiéndome de hombros, autoconvenciéndome.

Al momento llego una chica que se sentó delante de Druella, apenas hubiera reparado en ella si no se hubiera dirigido a la rubia, y bueno... en parte a mi también. Dirigí mi vista hacia ella cuando me nombró como "la nueva inquisición", ya me gustaría estar segura de que iba a pertenecer a Slytherin, aunque alomejor lo había dicho en términos más generales.

Mire a Sel de forma que se relajase, si no, así se le iva hacer eterno puesto que aun habia mucho alumnos que aun cruzaban las puertas. -Lo mejor sera dejar pasar el tiempo.- murmure mientras miraba a Sel con media sonrisa. Me giré mirando hacia la puerta de nuevo cuando vi aparecer a una cabecita morena de cara malhumorada que conocia bien, y no solo porque fuesemos a la misma casa, ya la conocia de antes de las reuniones a las que a veces papa o el abuelo Lucius nos llevaban para que conociesemos el mundillo. Scarlett se acerco a la mesa y sonrei contenta de verla, al sentarse en frente de mi y de Sel, que estaba a mi lado, hizo un comentario que me hizo reir por lo bajo. -Scarlett...esta es Selena. Selena te presento a Scarlett Madness una vieja amiga.- sonaba realmente raro decir lo de vieja amiga pero esque era mas o menos parecido. -Esperamos que se convierta en una nueva miembro de Slytherin...viene de Durmstrang.- aclaré alzando levemente las cejas como si eso fuese revelador.

Antes de seguir observando a su compañera de casa y a la acompañante de ésta, echó un vistazo general al gran comedor, sin mucho interés. Se podía decir que cada vez que se sentaba en aquella mesa llena de Slytherins se sentía poderosa. Se dio cuenta de que el sombrero seleccionador descansaba sobre la típica silla en el que lo ponían. Eso debía significar que no había llegado tan tarde, y que la ceremonia de selección aún no había comenzado. Fue justo entonces cuando escuchó a Druella, y alzó la vista hacia ella para observarla, mientras le hablaba. Se sintió orgullosa de que la Malfoy pronunciara su apellido, le encantaba escucharlo. Sin embargo, sus ojos repasaron otra vez a la chica nueva, en cuanto Druella había dicho que esperaban que estuviese en Slytherin.

-Si ha congeniado tan bien contigo... debo suponer que será merecedora de pertenecer a la mejor casa de Hogwarts.-sentenció. Y era muy raro que Scarlett dijese ese tipo de cosas, por que para ella, era un cumplido demasiado evidente, tanto para una como para otra. A pesar de ello, su voz sonó seca, tajante, como siempre sonaba. Scarlett no pretendía agradarle a nadie, no lo necesitaba.

Asentí cuando me dijo Druella que lo mejor era dejar pasar el tiempo. En ese movimiento de mi cabeza tuve como un cambio de chip, por lo que mi expresión cambió completamente, aunque por dentro, la impaciencia seguía bien presente.

Después de una sonrisa que demostraba que le había gustado el comentario de la morena recien llegada a la mesa nos presentó. Pude notar que estaba muy orgullosa de su familia en cuanto la rubia dijo su apellido. Hice una leve inclinación de cabeza en forma de saludo.
-Encantada -susurré, aunque quien no me conociera no sabría decir si era de verdad o simplemente una palabra que apenas sentía.

Noté los ojos de Scarlett fijos en mi de nuevo cuando Druella hizo el comentario de que esperábamos que estuviese en Slytherin. Quizá eso hubiera puesto nervioso a otra persona, pues era una chica fría y lo demostraba cada expresión de su rostro. Le dediqué una mirada a la pequeña de los Malfoy que simplemente decía lo mucho que había dado en el clavo. Sentada ahí, incluso sin el escudo de la casa todavía en la túnica completamente negra, me sentía bien, como en casa, o mejor dicho, como en Durmstrang.
-Aunque no hubiera congeniado con ella sería muy merecedora de estar aquí -dije, con un tono que no demostraba nada.

No conocía a la chica y quizás había algo más detrás de ese tono tan tajante, pero tampoco pretendía hacer de eso ninguna riña, ni mucho menos, simplemente daba mi opinión. Cosa que no quería decir que no iba a ocasionar ninguna en toda mi estancia en Hogwarts, sería muy extraño, teniendo en cuenta todos los líos en los que me metía en mi antiguo colegio. La sinceridad era un arma de doble filo en ocasiones.

Perdi la mirada en la puerta del comedor la cual cada vez tenia menos transito...genial estaba deseando acabar con la estupida selección y poder comer algo, el viaje siempre me dejaba exahusta. Mire de reojo a Scarlett, era gracioso comprobar lo mucho que le gustaba que dijeran su apellido. Rei de lado y en voz baja cuando Scarlett comento que si la morena se llevaba bien conmigo era merecedora de Slytherin. Realmente no estaba del todo de acuerdo, no esque yo decidiese quien entraba en la casa, si que era cierto que los Malfoy estabamos considerados los Slytherins por excelencia ya que nunca habia habido un Ryddle en Hogwarts hasta ahora. Mire a Sel cuando esta replicó, me habia percatado que Selena era una persona ante todo sincera que nunca se guardaba lo que pensaba. Eso me recordaba a mi misma. Me estaba divirtiendo de lo lindo con la situación. -Creo que en eso Selena tiene algo de razón Scarlett, no sin razón uno de sus antepasado pertenecio a esta casa, uno bastante importante.- añadi lo ultimo inclinandome sobre la mesa para guiñarle un ojo a Scarlett esperando que pillase la indirecta. Teniendo en cuenta su pasado mortifago no crei que le costase mucho acabar entendiendo que Sel era descendiente de Ryddle.

La atención de Scarlett pasó totalmente a ser de Druella y de Selena. Por más que mirase a la muchacha, no conseguía averiguar que era aquello que le hacía tan merecedora de ser Slytherin, aún, y como había dicho ella misma, sin la necesidad de haber congeniado con Druella Malfoy. Sin embargo, había algo que le resultaba familiar en su aspecto, en forma de hacer las cosas tal vez. El problema es que lo sentía como algo muy lejano. Se puede decir que por dentro empezaba a exasperarse, odiaba no entender las cosas, y por la forma en que ambas chicas hablaban entre ellas, Secarlett podía intuir que escondían algo gordo, algo importante. Si no, aquella chica, o era muy arrogante, o estaba muy segura de sus palabras.

Pero fue entonces cuando Druella iluminó a la Madness, que escuchó sus palabras con atención. Si la Malfoy estaba diciendo eso, solo se podía tratar de una cosa, y más cuando se dio cuenta de que la rubia se había inclinado hacia adelante para guiñarle el ojo. Scarlet posó de nuevo sus orbes azules sobre Selena y en sus labios se dibujó una retorcida sonrisa.
-No me digas que...-sentenció, dejando el final de la frase en el aire para asegurarse por completo.

Levanté una ceja al ver como Druella se inclinaba sobre Scarlett y le guiñaba el ojo. Suponía que era lo normal, lo más decente teniendo en cuenta de que hablaban. Pero es que yo no escondía para nada mi segundo apellido, y estaba muy orgullosa de él, de la sangre que corría por mis venas.

Al principio Scarlett parecía no entender nada, hasta que Druella hizo ese gesto, y fue como si se le iluminara la cara por la bombillita que se acababa de encender en su mente.
-Supongo que lo has entendido por tu expresión -comenté sonriendo de lado.

No es que me creyera superior por ser nieta de Lord Voldemort. No era yo la gran maga, sino él. Él era el importante. Aun así, lo que había dicho sobre la casa lo sentía como era. Si la cosa iba de familias y de sangre... ¿quién mejor que mis hermanos y yo para pertenecer a ella, nietos de uno de los grandes magos que había salido de aquí?

El Gran Comedor iba tranquilizándose poco a poco, conforme los alumnos se iban sentando en sus respectivos lugares. Cada vez quedaban menos de pie. Volvi a mirar en dirección a la mesa de los prefesores, justo al lado, donde tendría que esperar mi selección junto a mis hermanos. Ellos ya estaban allí, hablando con tres personas más, aunque no las pude reconocer por dos razones: una, que seguramente no les conocería, pues apenas había conocido gente en mis pocas horas en Hogwarts; dos, que estaba de espaldas a mi. Kiren me vio y levantó una mano para que fuera. Con una simple mirada le dije que luego, y supe que él lo había entendido.

Rei como si aquella situacion fuese la cosa mas divertida que habia pasado en mucho tiempo aunque realemente tampoco era para tanto, pero esque sinceramente daba bastante gracia. Era como si Scarlett intentase traspasar a Selena con la mirada para asegurarse de que lo que habia dicho era real. Sonrei de lado al escuchar a Sel. -Es exactamente eso Scarlett, exactamente eso.- repetí poniendo enfasis en la palabra eso. -Ahora que todas sabemos que tenemos pasados en común creo que podriamos incluso llevarnos bien entre las tres.- comenté con una sonrisita malevola, no esque tramase nada...nada bueno claro está. Mire en dirección a la mesa de los profesores, allá estaban todos apoyados en la mesa mirando fijamente a la puerta de entrada por la cual habian dejado de entrar alumnos y había sido cerrada para abrirse en poco dando paso a un montos de alumnos histericos y nerviosos. Resoplé, no sabia si de cansancio, de hambre o de pura impaciencia. Volvi mis ojos hacia los oscuros de Sel que tampoco parecia muy calmada, la vi mirar hacia la mesa seguramente hacia sus hermanos los cuales se parecian bastante a ella pero la morena no parecia muy por la labor de ir con ellos y luego los pose sobre los azules electricos de Scarlett la cual no sabria si definir calmada o curiosa, normalmente no solia variar mucho de cara.

Se puede decir que Scarlett se quedó tranquila tras las aclaraciones tanto de Druella como de la misma Selena, que parecía claramente orgullosa. Scarlett no la culpaba, ella también estaría orgullosísima de pertenecer a dicha familia, a tener la propia sangre del señor tenebroso, que tantas cosas grandiosas, a ojos de la Madness, y, claro estaba, de las otras dos chicas, había hecho. Scarlett se removió en el asiento para acomodarse lo más posible y fue entonces cuando se dio cuenta de que el comedor había quedado en silencio y una montonada de niños se aglomeraba a las puertas de la gran sala. Sin embargo, Scarlett dejó de prestar atención a lo que había a su alrededor. Se había quedado sumida en sus pensamientos. ¿Êl señor oscuro había sentido amor por alguien? Parecía lo más acertado en aquél caso. Cuando la palabra amor se cruzó por la mente de la ojiazul, un escalofrío que espero, fuera imperceptible por los que habían a su alrededor o para los que la estaban observando. Se podía decir que detestaba esa palabra, la creía inexistente.

No necesitó añadir nada más a la conversación. Estaba claro que Selena acabaría siendo una Slytheirn, y tendría mucho tiempo para charlar con ella.

Cuando se volvió a abrir un poco la puerta del Gran Comedor, apenas para que los alumnos pudieran pasar en fila de dos, di un suspiro y me levanté. No les dije nada a las dos Slytherins, pues estaba casi segura de que volvería en un abrir y cerrar de ojos hasta ese mismo asiento.

Llegué en silencio al lado de mis hermanos. Me miraron los dos y el momento Kiren me había cogido de la mano y Charlie me había rodeado los hombros con uno de sus brazos. ¿Qué cara llevaba para que hubieran reaccionado así? Los dos tenían bien claro lo importante que era para mi estar en Slytherin, ¿pero tanto se notaba? ¿O simplemente lo notaban ellos por lo mucho que me conocían? Esperaba que fuese lo segundo. Charlie tenía más o menos las mismas ganas que yo de pertenecer a Slytherin, pero Kiren... él era arena de otro costal. No es que no quisiera estar ahí, simplemente le daba igual, estuviera en la casa que estuviera seguiría siendo exactamente igual... Con respecto a él, estaba casi segura de que no estaría en la misma casa que yo, cosa que notaría, pero aceptaría sin ningun problema.

Pasó un largo rato hasta que el último alumno de primero se sentó temblando como estaba en aquel taburete de tres patas. El sombrero le mandó a Hufflepuff. El subdirector se puso a explicar nuestra situación, y al finalizar llamó a mi hermano mayor.
-Brandon Ryddle, Charlie -dijo, por orden expresa de mi abuela.

Ella había estado aquí junto a mis padres para hablar sobre nuestro ingreso: si podía efectuarse y todas esas cosas... pues nos habíamos decidido a principio de agosto.

Amanda Williams era una mujer elegante, decidida y bastante soñadora. Conservaba su apellido, aunque mi madre llevara el Ryddle, pues nunca se había casado con mi abuelo, ni con nadie más. Ella quería, y seguro que también nuestros padres, al igual que nosotros mismos, que dijeran nuestro nombre completo, y con eso se refería más que nada a los dos apellidos. Nadie de mi familia se avergonzaba, ni tenía miedo, de llevar ese apellido y que los demás lo supieran, por lo que con unas cuantas razones, lo había conseguido.

Fue una sorpresa oír como llamaban a Charlie, pues a nosotros nos había dicho que no había podido sacar el tema, por miedo a que al ir con exigencias nos denegaran la entrada al colegio. Que buena actriz fue ese día. Sonreí ampliamente lanzandole una mirada a Kiren y luego mirando a Charlie. Apenas había pasado el Sombrero por encima de su cabeza y ya había gritado que Charlie debía pertenecer a Slytherin. Le sonreí y guiñé un ojo cuando nos miró mientras caminaba hacía la mesa de dicha casa.

Kiren apretó mi mano un poco antes de soltarla cuando le tocó el turno. Entonces sí que me di cuenta de los susurros, que seguro habían bajado de cantidad. Y como en el fondo sabía, después un rato de espera, Kiren acabó en Ravenclaw. No esperé a que me llamaran y me dirigí hacia el taburete, rozando los dedos de la mano extendida de Kiren antes de que se marchara a su mesa.

Cuando el subdirector pronunció mi nombre yo ya estaba detrás de él. No sabía si los demás lo habían notado, pero tuve que controlar una sonrisilla por el susto que se había dado el hombre. El Sombrero sopesó diversas opciones en mi mente, sin pedir opinión aparentemente. Yo solo estaba con la mente en blanco. Y después de un momento que se me hizo eterno, nombró mi casa: Slytherin.

Me levanté orgullosa, y me dirigí al sitio en el que estaba antes junto a Druella y Scarlett, pues había visto que seguía vacío. Le revolví un poco el pelo a Charlie cuando pasé por su lado, en un gesto de darle la enhorabuena.

El inicio de aquella ceremonia se me iva a hacer mucho mas largo que de costumbre. Cuando Sel se fue con sus hermanos esparando a que le tocase su selección apoyé la cabeza en mi mano y el codo de ese mismo brazo en la mesa mirando de soslayo la interminable fila de diminutos alumnos. -¿Es cosa mia o cada vez son mas enanos?- murmuré pensado en que cuando yo entre en Hogwarts no era ni mucho menos tan bajita como todos los alumnos que desfilaban cuchicheando hacia el final de la sala donde el taburete les esperaba.
Un par de niñas perfectamente uniformadas, con las camisas por dentro de sus diminutas faldas, se quedaron mirando la mesa de Slytherin con un brillo de desconfianza en los ojos. Sonrei de lado y estire una mano hacia el otro extremo de la mesa, justo en la dirección de las niñas aunque nos separaba una mesa mas, en un gesto apenas perceptible para el resto de mis compañeros que estaban abstraidos en si mismos en una conversación o en el ajado sombrero seleccionador. Las niñas, por suerte para mi, si que lo vieron y con mucha satisfacción las vi dar un pequeño salto y apresurarse a seguir a sus compañeros.
No le preste mucha atención a la selección, casi nunca lo hacia y solo me limitaba a aplaudir levemente cuando algun nuevo alumno ingresaba en Slytherin, aquel dia no fue diferente.
Cuando todos los alumnos histericos estuvieron sentados en sus respectivas mesas con el resto de alumno de sus respectivas nuevas casas, llamaron a uno de los hermanos de Selena. Realmente me sorprendio que mencionasen los dos apellidos de los hermanos Ryddle cuando en Inglaterra el segundo no le importaba a nadie. Sonrei de lado cuando mandaron al hermano mayor de Sel a la casa Slytherin de manera automatica, muy parecida a la manera como yo misma entre, sin siquiera despeinarme.
Casi no preste atencion a la selección del pequeño de los Brandon pues suponia que tambien acabaria en Slytherin... parecia que aquel dia no daba mas que sorpresas, el pequeño Kiren acabo en Ravenclaw.
La de Sel fue mas lenta, parecia como si el sombrero no se decidiese a colocarla en Slytherin. A punto de exhasperarme el sombrero grito Slytherin y respire orgullosa. El sitio de Selene estaba en la casa Sly.
Ella volvio a su sitio junto a Scarlett y mio con todo el aspecto de estar orgullosa. No me habia dado cuenta de que con la selección de los tres Ryddle el nivel de murmullos y conversaciones habia bajado mucho, como si aquella seleccion fuese muy importante....realmente me daba igual.
-Enhorabuena Miss Ryddle. Bienvenida a la casa Slytherin.- dije alargando la mano para estrecharsela suavemente aunque no me moleste en levantarme de mi sitio. El resto de la mesa habia estallado en pequeños aplausos, como siempre que llegaba alguien nuevo a la mesa...

Scarlett observó, esta vez con el interés ya casi esfumado, como los niños de primero avanzaban nerviosos por el pasillo que se situaba en medio de la sala, que separaba dos casa a un lado y dos casa al otro. Tuvo que girar la cabeza para hacerlo. Simplemente se distraía, no intentaba adivinar cuales de aquellos niños serían los futuros Slytherin y cuales no. No tenía tiempo para aquellas cosas. Su misión en la vida era más importante que reclutar a alumnos de primero, y eso lo sabía. Solo que en las mesas no había comida, y tenía que entretenerse con algo. Además, había decidido dejar de pensar en el tipo de sentimientos que el señor oscuro podía haber tenido, puesto que pensar en sentimientos solía ponerla bastante enferma. Selena no tardó en levantarse y juntarse con dos chicos detrás de todos los de primero. Scarlett supuso que serían familiares suyos, entre otras cosas, por los parecidos físicos.

La ceremonia fue, como siempre, lenta y aburrida, sin embargo, no pudo evitar soltar una risita en cuanto la sala entera enmudeció cuando se escuchó retumbar el apellido ''Riddle''. Estaba claro que a todo el mundo le interesaba aquello. La Madness pudo notar como el ambiente había cambiado a su alrededor, y le pareció realmente divertido. Lo que más le extrañó fue que uno de los chicos Riddle no estuviera en Slytherin, pero no le dio tiempo a pensarlo mucho. Al fin Selena llegó al sombrero seleccionador y, tras unos segundos, Scarlett pudo escuchar el nombre de su casa. Observó con una sonrisa maliciosa en el rostro como Selena volvía a donde antes estaba sentada. Aquél año, pensó, iba a ser muy divertido, y, sobretodo... muy importante.

-Justo donde debe estar, Miss Riddle.-añadió a la bienvenida formal que le acababa de hacer Druella.

Llegué caminando elegante y lentamente hasta el lugar donde estaban la morena y la rubia. Sonreía ampliamente, como pocas veces lo hacía, pero esta vez merecía la pena sin lugar a dudas. Estreché la mano de Druella sin dejar de sonreír.
-Por fín -comenté con un suspiro, a la par que me sentaba en la mesa.

El director dio un breve discurso del que apenas fui consciente. Estaba como en una nube. Un sueño que se hacía realidad. ¿Podría descubrir más cosas de mi abuelo ahora que estaba en su colegio, en su casa? Era una de las razones por las que había decidido dejar Durmstrang y estudiar en Hogwarts.

Me di cuenta de que había terminado el discurso cuando la comida apareció en la mesa. Había de todo. Hasta el momento no me había dado cuenta del hambre que tenía. En ese momento, mientras observaba el centro de la mesa, con todos esos platos repletos de comida, me rugio la tripa sonoramente, por lo que salí de mi ensimismamiento y empecé a servirme un poco de ensalada.

Sonrei de lado al ver como Sel suspiraba, parecia realmente contenta de haber entrado en Slytherin y Scarlett habia sonado incluso amable. Tamborileé con los dedos en la mesa exhasperada, tenia mucha hambre. Mire de reojo a la morena de ojos azules, casi podia leerle la mente y sabia que en aquel momento por su cabeza debia pasar algo parecido a lo que pasaba por la mia , que aquel año iva a ser de lo mas interesante, mas que nada porque la presencia de Sel era una novedad y probablemente llevase al caos a la casa Slytherin, quizas así los hijos de mortifago que se ocultaban dejaban de hacer el estupido de una vez y daban la cara al llegar los Ryddle.
Supuse que en el lapso de tiempo en el que mi mente se colapso en ella misma ,pensado en las cosas que podia aportar la llegada de Sel, el director habia dado el discurso de iniciación del curso dado la bienvenida a nuevos y antiguos alumnos probablemente. No lo escuche, lo siguiente que vi fue que la comida que los elfos habia preparado y que ya estaba en nuestra mesa. Sonrei contenta mientras alargaba la mano para servirme zumo de calabaza en mi copa. -Ya era hora.- dije mientras dejaba mi copa llena delante del plato y me servia algo de pudin en el plato.

En cuanto Selena se sentó, Scarlett escuchó la voz del director que empezaba a dar el discurso de bienvenida, como todos los años desde que la morena había pisado Hogwarts por primera vez. ''Bla bla bla bla...'' era todo lo que escuchaba. Realmente estaba deseando que acabase de hablar para así ver las mesas llenas de comida. No es que tuviese hambre, simplemente Scarlett tenía ganas de poder levantarse de allí cuanto antes y meterse en la sala común de Slytherin, uno de los lugares del castillo que Scarlett más echaba de menos. Minutos después, el director se callaba y las mesas se llenaban mágicamente de un montón de comida. Sin pensárselo dos veces y con la finura de familia de modales a la que pertenecía, Scarlett se sirvió lo primero que vio para comer algo y reponer fuerzas, a pesar de que en el viaje lo único que había hecho había sido hablar con Addam mientras tanto el uno como el otro estaban sentados.

No podía ocultar que tenía ganas de saber cuales eran los planes de futuro de Selena, pero no la encontraba una pregunta apropiada para la ocasión. También tenía ganas de conocer los planes de la pequeña Malfoy, ya que sabía como era, e incluso se podía decir que le encantaba competir con ella en todo y luego ayudarla en sus planes maquiavelicos contra los atontados de Gryffindor.

-O cada año son más lentos, o los alumnos de primero cada vez están más retrasados.-espetó Scarlett sin remordimiento alguno, antes de empezar a comer.

No tenía ojos, ni quería tenerlos, para observar a todo el Gran Comedor, pero estaba segura que habían reaccionado como nosotras: lanzandose hacia la comida, unos con más modales que otros. Por suerte parecía estar rodeada de gente bien educada para estar en la mesa, y suponía que en todos los lugares. No soportaba a los cerdos que, sin saber muy bien porque, comían muchas veces en mesas, hablando con la boca llena y todas esas cosas. Sencillamente no me gustaba nada.

Observé a lo lejos a unos pocos alumnos de primero, tanto de Slytherin, como de otras mesas. Algunos parecían con miedo incluso de coger la comida...
-Yo no me recuerdo así de... niña, con su edad -comenté.

Cogí una jarra y heché parte de su contenido en mi copa, apenas me fije en lo que contenía la jarra, y al probarlo de mi copa me di cuenta de que era zumo de calabaza. Por lo menos había acertado. Debía empezar a sentar la cabeza y fijarme más en lo que hacía, a ser más yo.

No sabía porque, pero tenía la intuición de que iba a hacer buenas migas con esas chicas, aunque, si no me equivocaba, ninguna de las tres íbamos al mismo curso.

Comi pausadamente, tenia hambre pero no queria morir atragantada por engullir. Pasé los restos de pudin que podian haber quedado en mi boca con un trago de zumo. Simplemente me gustaba mostrar un aspecto pulcro y cuidado, era una de las cosas que distinguian a un Malfoy de entre la multitud. Reí, ya con la boca completamente vacia, por el comentario de Scarlett y el de Sel. -Lo que yo he dicho, cada año son mas pequeños.- apostillé divertida. Tenia gracia oir eso de la boca de una persona que se asemejaba mas a un alumno de 6º que a uno de 4º por su tamaño, o quizas solo me la hacia a mi. Recupere algo de pudín del plato con ayuda del tenedor y me lo llevé a los labios sin decir nada mas. Tras tragar me servi algo de carne dejandola al lado del poco pudín que me quedaba.
Eleve la vista del plato para mirar a mi alrededor, la gente comia, no quizas de la misma manera que nosotros, la mesa de Slytherin parecia ser la mas silenciosa a la hora de comer, en el resto hablaban reian y se ponian al dia. Negue con la cabeza resoplando y pinché un trozo de carne para comermelo acto seguido.

Scarlett profirió una sonrisita malvada tras los comentarios de las dos Slytherins que comían en frente de ella. Con forme más miraba su plato, más cuenta se daba de la poca hambre que tenía. Aquella última semana de vacaciones había sido difícil. Había tenido que soportar los hirientes comentarios de su propio padre hacia su persona mientras su hermano no había tenido que moverse de casa para conseguir el material escolar. Ella, por el contrario, había tenido que ir al callejón Diagón por su cuenta para conseguirlo todo. No le molestaba el hecho de tener que buscarse la vida para sus cosas escolares, si no que, conforme más mayor se hacía, los desprecios de su padre iban en aumento. Aún así, muy en el fondo no le importaba. Scarlett estaba tan segura de si misma que sabía que llegado el momento le demostraría a su padre que sería la mejor mortífaga que jamás hubiese visto, fiel a la magia oscura, pasase lo que pasase. Éste último pensamiento le hizo dirigir una mirada fugaz a Selena, que en aquellos momentos bebía de su copa. No tenía mucho que añadir respecto a la conversación sobre los de primero, pues Scarlett era de pocas palabras.