Primer viaje... primera impresión... {*Libre*}

No fue una despedida de película. Ésa ya se había tomado a cabo en la íntimidad de nuestro hogar. A todos nos parecía mejor así, ya fuera por nosotros mismos o por lo que sabíamos que sentían los demás. En mi caso, yo lo prefería así. No es que no tuviera sentimientos ni nada parecido, pero no podía negar que prefería mil veces guardamelos muchas veces, o por lo menos que un monton de desconocidos no los vieran.

Al llegar a King's Kross nos fue fácil llegar al andén 9 y 3/4, más que nada porque mi padre y mi abuela habían estudiado allí, y los dos nos acompañaban, junto con mi madre, a mis dos hermanos y a mi. Me impresionó un poco todo el alboroto que había en el andén, y el gran tren de Hogwarts. Se notaba que todos allí eran magos o eso parecía, y encima muchos de los padres que en ese momento acompañaban a sus hijos habían estado en su pellejo años atrás. Eso se veía en sus ojos, que con melancolía se dirigían hacia el Expresso. De todo esto me di cuenta en apenas unos segundos, ya que de inmediato me sentí arrastrada por mi abuela que me cogía por los hombros para que dejara libre la entrada al andén, ya que alguien podía entrar y llevarme por delante.
-¿Siempre ha sido así? -le susurré mientras caminábamos hacia una de las puertas del tren.

Mi abuela asintió levemente sonriendo ampliamente.
-Cuantos recuerdos... -murmuró.

Al llegar cerca de la puerta más cercana, por la que subiríamos mis hermanos y yo, parámos, y me quedé mirandola. Esa expresión en su rostro me hacía ver a la niña que aun llevaba dentro, parecía que en cualquier momento iba a entrar corriendo en el tren y empezaría a curiosear todo, hasta que finalmente se escondería en un compartimento, deseosa de llegar a su antiguo colegio, y entonces, al llegar... Me di cuenta entonces de que no sabía que pasaba después de aquel tren. ¿Qué había? ¿Directamente la puerta del castillo? ¿Algun viaje más?
-Abuela... -empecé, pero en ese momento sonó la fuerte bocina del tren, al tiempo que mi hermano Charlie y mi padre acababan de subir nuestros baúles, acomodándolos en un compartimento cercano vacío.
-Rápido, rápido -me instó mi madre, empujándome al tiempo que me daba un beso en la mejilla.

Ella estaba mucho más ilusionada que yo. Sabía que siempre había sentido curiosidad por Hogwarts, y estaba muy orgullosa de que nos hubiesen aceptado a los tres. Mientras subía al tren logré alcanzar el brazo de mi padre, dándole un leve apretón, al tiempo que caminaba y mi mano se dirigia hasta la suya, y finalmente... nada. Les dediqué una última sonrisa y me fui directa al compartimento, seguida de mis hermanos.

Al poco tiempo de estar allí sentada yo no aguantaba más, así que decidí ir a dar una vuelta. Quizá veía a alguien por los pasillos que pudiera explicarme que pasaba después de este viaje, que tocaba... pues parecía que lo maravilloso en Hogwarts nunca acababa.

Estaba segura de que si alguien de este colegio visitaba Durmstrang le pasaría lo mismo, pero yo ya estaba acostumbrada a aquello, pero no a esto.

Mientras caminaba por el pasillo, me distraje apenas unos segundos mirando por la ventana, tiempo suficiente para que alguien saliera del compartimento por el cual justo pasaba y chocáramos. Solté un quejido, pero ninguna disculpa , al fin y al cabo sí, había sido en parte culpa mía, pero también suya, y levanté la mirada para ver de quien se trataba.

Un año mas en Hogwarts. Estaba deseosa de comenzar por varias razones, una de ellas esque consideraba Hogwarts mi segundo hogar y allí me sentia muy comoda y la segunda era que adoraba dar todo lo que podia para demostrar que no habia nadie mejor que yo en aquel colegio.
La entrada al anden fue de lo mas fácil, no sin razón ya llevaba 4 años {contando ese mismo} pasando por aquel muro falso. Pasamos por orden, primero mama, por supuesto papa tenia cosas mejores que hacer que acompañarnos hasta el tren, despues de mama Scorpius dirigio su baul hacia el muro y lo traspaso justo segundos antes de que un muggle mirase en esa dirección. Con mi habitual sonrisa empece a dirigir mis cosas en el carrito hacia el muro a la vez que Abraxas camina a pocos pasos de mi, y traspasé el muro con total tranquilidad pensado en los pobre muggles que se perdian las maravillas de Hogwarts.
Con Scorp y mama delante buscamo la entrada a uno de los vagones y Abraxas estuvo a punto de chocar contra una niña pequeña que empujaba un carro el doble de grande que ella y no pude evitar reirme al ver la cara de susto de la pequeña. Una vez escogida la puerta por la que ivamos a entrar al tren Scorpius se puso a subir nuestros baules y los fue guardando en distintos compartimentos, por su puesto yo tenia mi compartimento favorito asique mi baul fue a parar allí.
Los Malfoy no destacamos por nuestras grandes despedidas asique despues de que Abraxas besase a Astoria se subio al tren ya que faltaba poco para la salida. Yo por mi parte le dirigi una gesto algo tosco a mi madre, nuestra relación no era muy buena la verdad, y me subi al tren con una sonrisa, me meti en mi compartimento hasta que oí el pitido del anden y las conversaciones que se quedaban a medias cesaban para dar lugar a las despedidas de ultima hora.
Una vez el tren en marcha decidi salir del compartimento en busca de Scorpius para pedirle los galeones que mama le habia dado para el viaje. Al salir choque irremediablemente con una chica mas o menos de la misma altura que yo. Tampoco esque fuese a pedirle perdón por chocar con ella ya que habia sido culpa de ambas, yo no mire y ella estaba en medio, pero si que la mira con una sonrisa solo para ver con cual de los mayores habia chocado, porque la verdad esque no habia mucha gente de mi edad igual de alta que yo.
La cara de la chica no me sonaba nada asique debia ser nueva, pero no era de primer curso ni mucho menos, quizás venia de Durmstrang. Lancé un suave quejido y carraspeé un par de veces. -¿Estas bien?- pregunte dulcemente alejandome un par de pasos de ella.

Me retire el pelo de delante de los hombros con un movimiento rapido mirandola, parecia tomarse su tiempo. Sonrei cuando por fin hablo y conteste asintiendo con la cabeza -Si, solo ha sido un pequeño golpe, nada para preocuparse.- dije con total normalidad. Me sorprendio que no pidiese perdón, la gente normal lo primero que solia hacer era disculparse automaticamente sin ni siquiera mirar con quien habia chocado. La mire con expectación, definitivamente la chica no se parecia a la mayoria de la gente que conocia y eso, para que metirme a mi misma, me resultaba agradable, encontrar a gente inusual siempre era interesante.
Paradas como estabamos en medio del pasillo podiamos llegar a entorpecer el paso a los alumnos que ya empezaban a salir de los compartimentos y tampoco queria tener problemas con los prefectos el primer dia asique sin mas ni mas abri la puerta de mi compartimente que estaba justo a mi lado. -Pasa, aqui en medio no hacemos nada.- le dije mientras miraba al interior del compartimento en el cual mi lechuza ya gorgojeaba con ganas de salir de su jaula. Espere que la chica decidises pasar , despues de ella pasaria yo, despues de todo tenia educación.

Sonrei de lado y me encogi de hombro lo que provoco una ondulación extraña en mi pelo. Vale que tenia educación pero yo era de las personas que aprovechan las oportunidades que se les brindan asique no me iva a poner a discutir por quien pasaba primera al compartimento, despues de todo yo habia llegado primera ¿no?
Pensado y echo, pasé y me acomodé al lado de la ventada, entre esta y la jaula de Demise, mi lechuza. Metí un dedo entre los barrotes de la jaula y mi lechuza se abalanzo sobre el y lo picoteo con delicadeza. Le hice una seña a la morena para que se sentase frente a mi. -Aqui podemos hablar tranquilas, no creo que entre nadie a estas alturas.- Mas bien lo dije pare mi pero sabia que ella lo habia escuchado perfectamente y ademas yo no tenia nada que ocultar, sabia que muchos alumnos de Hogwarts no me tenia precisamente mucho aprecio, sera que era una Malfoy o que a veces les hacia quedar como tontos, per la verdad esque eso no me importaba la mas minimo.

Pasé al compartimento nada más que ella lo hizo. Y al mismo tiempo que hacía la seña hacia el asiento que había delante de ella, yo me dirigía hacia él y me sentaba, acomodándome bien. Sonreí de lado al escuchar sus palabras, que parecían haber tenido un doble sentido.
-Supongo que habrá que empezar por presentarse -dije, sin emoción ninguna en la voz-. Selena Eileen Brandon Ryddle -dije, echando mi torso un poco hacia delante y estirando mi mano para extrechar la suya.

Podía parecer raro que en aquel país se dijera el nombre completo, incluso el segundo apellido. Pero habia crecido en España, y allí no era tan raro saber el segundo apellido de alguien. Por otra parte yo estaba demasiado orgullosa de toda mi familia para esconder cualquier parte de ella. Y siempre había sido así, el apellido Ryddle, en el mundo mágico, era bastante conocido. No iba a dejar que alguien pensara, en cuanto se enterara por casualidad, que me avergonzaba de ese apellido, de quien era mi abuelo, así que lo decía yo desde el principio, con un tono de orgullo en la voz.

Alce una ceja, definitivamente la chica era extranjera porque no era muy común decir el nombre completo en Inglaterra, de todas formas como lo dijese era lo que menos importancia tenia, lo mas importante era su nombre. Una descendiente de Ryddle, y ella parecia orgullosa de serlo y a mi eso tampoco me disgustaba. Sonrei de lado y extendi mi mano hacia la suya. -Un placer. Druella Malfoy.- Mi segundo apellido no le importaba a nadie, ni siquiera me importaba a mi. -Asique descendiente de Tom Ryddle, el Señor Tenebroso. Seguramente acabes en Slytherin, asi seremos compañeras de casa.- No estaba segura de hasta donde llegaba la fama malograda de los Malfoy asique solo tenia que esperar su reacción para saberlo. En Inglaterra los Malfoy eramos conocidos, basicamente porque mi padre y mi abuelo sirvieron al Señor Tenebroso. Esboce media sonrisa mientras retiraba el dedo de entre los barrotes de la jaule de Demise pues sus picadas constantes comenzaban a molestar. La lechuza se quejó y se hizo un ovillo en el mastil de la jaula ocultando la cabeza entre las alas.

Estrechamos nuestras manos durante un momento mientras ella me decía su nombre. Así que una Malfoy. No es que estuviera muy al tanto de todas las familias mágicas de Inglaterra, pero recordaba perfectamente el apellido que me había dicho mi madre, el de nuestros vecinos más cercanos en Whiltshire, y mi abuela había comentado algo sobre su familia, algo sobre los Mortífagos, aunque obviamente ese comentario no había sido dirigido hacia mi, algo había escuchado. Escuché su comentario y sonreí, aquella idea me gustaba.
-La verdad que no estoy muy... familiarizada con estas casas, pero la verdad es que por lo que me han contado... me encantaría estar en Slytherin. La mayoría de mi familia estaba en esa casa y sobretodo me gustaría estar en la misma casa que mi abuelo... -callé de repente.

Quizás incluso había hablado demasiado. Y como siempre que hablaba de mi abuelo empecé a pensar en lo maravilloso que hubiera sido para mi conocerlo, aunque no hubiera sido exactamente igual que el que recordaba mi abuela. Era un deseo que simplemente se quedaría en un sueño.
-Supongo que no todos aquí se tomarán tan bien mi descendencia -comenté, encogiendome de hombros.

No me importaba, de echo me divertía bastante viendo la cara de asustados que ponían algunas personas, y era como si de repente pudiera oir sus pensamientos, preguntándose si al llevar la sangre de Lord Voldemort podría significar una amenaza, ser la próxima Señora Tenebrosa. Sonreí algo maliciosa, sumida en mis pensamientos.

La escuche entretenida, se me hacia raro hablar con un descendiente directo del Señor Tenebroso. Papa se quedaria congelado cuando se lo dijese. Sonrei para mis adentros metida en mis cosas sin dejar de prestarle atención a Selena. Parecia admirar mucho a su abuelo pera tambien parecia sentirse culpable por haber hablado mucho. -Slytherin es la mejor casa en la que puedes caer.- comente para quitarle hierro al asunto -Los grandes magos salieron todos de ahí y ademas en ese casa encuentras gente de lo mas interesante.- por supuesto, en Slytherin habia hijos de mortifagos que normalmente eran de fiar. Mire por la ventana, el paisaje grisaceo de Inglaterra pasaba a toda velocidad por las ventanas y los cristales estaban empapados, no sabia bien si de lluvia o de la niebla que siempre encontrabas en el Reino Unido. Miré luego a Selena negando levemente con la cabeza. -Los sangre sucia te miraran con odio y miedo, los traidores a la sangre te despreciaran y los hijos de mortifagos querran ser tus amigos. No te preocupes...a todos los descendientes de mortifago nos suelen tratar asi aunque es mas por miedo.- le dije con media sonrisa, era la pura verdad, habia sido asi en mi familia desde que Scorpius entro en el colegio y cuando Abraxas y yo entramos tambien paso lo mismo.

Al escuchar sus primeras palabras no dije nada, pues no conocía a nadie más que a ella, que yo supiera. Tampoco pensaba que estuviera mintiéndome o exagerando, pero para creer cualquier cosa yo tenía que verlo, la verdad de todo lo demás podía ser muy relativa.

Al escuchar lo siguiente que dijo después de mi último comentario volví mi vista, que hacia el momento se había fijado en su lechuza, hacia ella.
-No estoy segura de que haya algo bueno en lo que has dicho -comenté-. No me gusta que la gente se acerque a mi por mi apellido, o por miedo o lo que sea que se les pase por la cabeza.

Lo había dicho con la sinceridad que me caracterizaba, a veces incluso podía pasarme de sincera, según mi abuelo me había dicho entre risas una noche en nuestra última visita. Esa gente podía llegar a ser muy falsa. No decía que toda, pues hasta el momento Druella me estaba callendo muy bien, pero pensar en que los hijos de los Mortifagos, cuando todo el mundo oyera mi apellido al ponernos el sombrero seleccionador, quisieran de repente ser amigos mios o de mis hermanos... alguno podría haber, que simplemente tuviera dos caras y por miedo o por benefició propio fingiera delante de mi, era algo que no soportaba.

Sonrei mirando de nuevo por la ventana, la chica parecia muy sincera, parecia el tipo de persona que te dira la verdad aunque duela. -La verdad es un arma de doble filo Selena... pero no tienes que preocuparte por los hijos de mortifago, la mayoria de ellos lo tienen bien oculto, supongo que es porque ahora son los otros los que controlan el cotarro y a ellos les da miedo que se sepa quienes son o de donde vienen. De todas formas tienes todo el aspecto de saber lo que quieres y eso la gente suele intuirlo asique no creo que tengas problemas.- dije volviendo la vista hacia ella de nuevo. A veces pensaba que quizás deberia callarme un poco y no decir siempre lo que pensaba, esa era una de las razones por las que a veces tardaba en contestar, media mis palabras aunque al final acababa soltando lo que realmente pensaba y en ese momento pensaba que si eras un hijo de mortifago debias admitirlo y punto, el resto era pura palabreria, a quien no le guste no tiene porque ser amigo tuyo.
Suspire de forma inaudible. -¿De donde vienes?-solté sin siquiera pensarlo bien , solo sabia que queria conocerla, que aunque parecia un par de años mayor que yo no me importaba , la chica me resultaba curiosa y punto.

Escuché sus palabras y me convenció lo bastante para no pensar en ello y que fuera lo que tuviera que ser, era algo que no me importaba demasiado, al fin y al cabo yo decídia quien entraba en mi vida de los que quisieran entrar.
-Estoy segura de que con mi sinceridad y eso puedo caberme mi propia tumba -comenté encogiéndome de hombros-. Pero no voy a negar la admiración que siento por mi abuelo, como cualquiera la puede sentir por el suyo solo por ser quien es. Eso no va conmigo.

De repente, después de un pequeño silencio en el que parecía que las dos estabamos pensando en nuestras cosas o que más decir me hizo una pregunta, que sinceramente esperaba, pero no así de directa.
-Estudié en Durmstrang y vivía España -aclaré, ya que no estaba segura por donde había querido ir con esa pregunta.

La chica realmente sabia lo que queria y eso era algo que yo admiraba de las personas, a lo mejor iva a resultar que nos podiamos parecer mas de lo que imagine en un principio.
Al final no me habia equivocado tanto cuando pense que venia de la academia Durmstrang. Y ahora entendia porque ella habia dado su nombre completo al presentarse, en España debia ser costumbre.
-Vaya, debe ser un cambio bastante drastico. Aunque en Hogwarts te sentiras como en casa en seguida.- le comenté como quien comenta el tiempo, de forma automatica y normal. No hacia falta adornarlo mas, era asi, yo lo sentia así.
Al otro lado de la puerta se podia oir el murmullo general que provocaba el carrito con los dulces que paseaba año si año tambien por el tren. Tanteé en mi bolsillo en busca de algunas monedas para comprar algo de chocolate y sonrei interiormente al comprobar que tenia al menos para un par de barritas. -Supongo que en Durmstrang no vais en tren.- dije a la par que la puerta del compartimento se abria y aparecia la señora con el carrito. Le pedi un par de barras de chocolate con menta y mire a Selena por si queria algo a la par que le tendia una de la barras que habia comprado.

Me encongí de hombros por sus primeras palabras. Y tanto que era un cambio drástico, no había quien negara eso, tanto de colegio como de lugar de residencia.
-Nada a lo que no pueda acostumbrarme -añadí.

Y era lo que sentía, ¿por qué iba a decirlo si no era así? Al fin y al cabo yo había nacido en Londres y toda mi familia era inglesa también... era como volver a casa después de unas muy largas vacaciones.

De repente Druella tanteó en su bolsillo en busca de algo. Y al momento se abrió la puerta del compartimento, dejando ver el carrito de los dulces. ¡Bien! Por lo menos aquello no iba a ser diferente, en el viaje hacia Durmstrang también vendían dulces mágicos. Me levanté sonriendo cuando escuché las últimas palabras de Druella, y buscando en mi bolsillo dije:
-Póngame 3 o 4 dulces de cada tipo.

Sí, aquello podía parecer raro, pero no estaba pensando solo en mi cuando había hecho aquella compra. Sabía que a Charlie y Kiren les gustaba comprarse dulces en los viajes, y también sabía que no llevababn ni un mísero knuts encima, por lo que cuando pasara la señora con el carrito no tardarían mucho en venir a buscarme, sobretodo Kiren.
-Cuando pase por un compartimento, un poco más adelante con dos chicos, más o menos parecidos a mi, uno más mayor y el otro más pequeño, a los que no conocerá, digales que les he comprado algunas cosas y que estoy por aquí -le dije, a la vez que le pagaba.

Extendí la mano para recoger lo que me sobraba. No se me pasó por la cabeza siquiera darle las gracias. Y luego volví a sentarme. Cogí una bolsita de Grageas de todos los sabores y tendí la bolsa con todos los dulces hacia Druella.
-Coge lo que quieras antes de que vengan los monstruos de los dulces -comenté sonriendo.

Eso si venían, eran capaces de esperarse con tal de no venir a buscarme y pedir su parte al juntarnos en Hogwarts.

Miré la bolsita de las Grageas dubitativa y cogí una que parecía que no iba a tener demasiado mal sabor. Por suerte, había acertado con esa.

Sonrei mirando como Selena compraba dulces para lo que parecia un regimiento militar entero y abri mi barrita de chocolate. Le dí un bocado y mastiqué con placer, el unico dulce que me gustaba era el chocolate.
Pronto entendi porque Sel compraba tanto, parecia tener hermanos y habia comprado pare ellos tambien. Negué con la cabeza cuando me tendio las grageas. -No me gustan mucho los dulces la verdad. Lo único que como es el chocolate.- murmuré con una sonrisa mientras hacia girar mi barra de chocolate mentolado entre mis dedos. Le dí un nuevo mordisco a esta y miré todos los dulces que Selena tenia a su lado.
-Supongo que tambien tienes hermanos por la cantidad de dulces que has comprado- le pregunte de forma indirecta mientras pensaba en mis propios hermanos. Scorpius llevaba mucho mas dinero que yo pero dudaba que el hubiese comprado dulces para mi, quizás para Xas si. En cosas como esas era cuando me daba cuenta de lo diferentes que eramos. Le di otro pequeño mordisco a la barra mientras miraba como Selena escogia una gragea en busca e alguna que no estuviese demasido mala. Rei por lo bajo divertida metiendo un trozo del chocolate entre los barrotes de la jaula y Demise se abalanzo sobre el dulce. Mire por la ventana, ya empezaban a verse los terrenos de Hogsmeade lo que indicaba que pronto llegariamos a la estación. -Quizas deberiamos empezar a ponernos las tunicas, parece que estamos a punto de llegar.- dije casi mas bien para mi pero mirando a Selena con media sonrisa.

Me encongí de hombros mientras sonreía, volviendo a rebuscar en la bolsita de grageas. ¿Tendría tanta suerte esa vez? La tuve. ¡Dos de dos! Demasiada buena suerte para mi.
-¿A qué chica no le gusta el chocolate? -pregunté retóricamente, pues a mi también me encantaba, y no conocía ninguna mujer que no le gustase.

Al escuchar lo que comentó acerca de si tenía hermanos supuse que ella también los tenía, pues había dicho "también". Asentí tan solo un poco mientras miraba la gran bolsa de dulces que había comprado. ¿Habrían hecho ellos los mismos? Sonreí un poco al pensar aquella pregunta. Sí, definitivamente sí que lo hubiera hecho. Teníamos una buena relación, y siempre estábamos ahí los unos para los otros, incluso con discusiones, pero en el momento de la verdad siempre había algo bueno que aportar.
-Uno mayor y otro pequeño -comenté.

Vi como le daba un trozo de su chocolatina a la lechuza y una vez más me quedé como abobada mirándola. Siempre que veía una lechuza me recordaba a la que una vez fue mía, que ahora era de Kiren y parecía odiarme. No pude evitar sonreír un poco ante aquel pensamiento. Había sido sin querer, pero la lechuza parecía no perdonarme.

Escuché sus palabras claramente, pero era como si estuviera lejos, más lejos de lo que estaba.
-Eh... sí, claro -dije, un poco ensimismada, mientras caía en lo que decía y miraba por la ventana-. Oye, Dru... puedo llamarte así, ¿no? -dije, como si nada, y antes de que contestara continué:- ¿Al bajar del tren, qué pasa, cómo vais, dónde nos deja el tren...?

Sonrei acariciando el cuello de Demise que se había encaramado a los barrotes. Rei por lo bajo cuando dijo que a que chica no le gustaba el chocolate. -Si...seria raro no encontrar a alguien que no le guste.- dije mientras me subia al sillón para alcanzar la rejilla y my baul, lo abri un poco y saqué la tunica y la capa que estaba encima del todo y me la ponia por encima de la ropa, total solo iva a llevarla durante el banquete que tampoco duraba tanto. La escuche mientra me pasaba la capa por encima de los hombros. -Mas o menos como yo, tengo un hermano mayor y un gemelo...en seguida los reconoceras, no creo que veas a nadie tan rubio ni con tanta pinta de Malfoy.- dije riendo haciendo el nudo de mi capa.
Mire por la ventana a la par que ella, ya podiamos ver la estación de Hogsmeade. La mire divertida cuando pregunto si podia llamarme Dru y asenti, la verdad esque era un buen apodo.
- Nos dejan en la estación de Hogsmeade y a partir de ahí vamos en carruajes magicos hasta Hogwarts, menos los de primer curso que cruzan el lago para llegar hasta el castillo.- le miré con una sonrisa tranquilizadora. -No tiene perdida pero no te preocupes no me importa acompañarte, solo no te separes de mi y no habra problemas.- le aclare con un tono dulce mientra arreglaba mi tunica con el logo de Slytherin en uno de los costados. Me gustaba exhibirlo ante los nuevos y los no tan nuevos.

Sonreí un poco, divertida por lo primero que dijo. El chocolate... Uff, ¡qué gran amigo los días en los que era más mujer! Volví a sonreír por ese penamiento. Escuché atenta lo que Druella me decía sobre sus hermanos y de la manera en la que hablaba tenía claro que iba a saber quienes eran nada más verles.

Mientras se ponía la capa recordé repentinamente que aquel no habia sido mi compartimento desde el principio por lo que no tenía allí mi baúl, y sin él, tampoco mi capa. Esperé al ver que contestaba mi última pregunta, y asentí a lo que dijo. De repente, se me ocurrio algo.
-Quizás, al tener que hacer la selección, nos toque ir con los de primero, ¿no? O cuando lleguemos al colegio nos apartarán... -dije, lo último más bien para mi.

Al final me encogí de hombros. Prefería la segunda opción, antes que ir con un monton de niños nerviosos y que encima no lo disimulaban, prefería mil veces llegar hasta Hogwarts con Druella, o con algún profesor que nos guiara a mis hermanos y a mi, pero la segunda opción al fin y al cabo.
-Voy a ponerme la túnica y vuelvo -comenté, dirgiendome rápidamente hacia la puerta del compartimento.

Sinceramente, Druella me había caído estupendamente para lo poco que le había conocido hasta el momento. Era sincera y tenía las cosas claras, dos cosas que me gustaban en mis amigos.

Sonrei de lado echando otro vistazo por la ventana. Ciertamente no habia caido en la opción de que Sel tenia que sentarse ante el sombrero selecionador. Pense en la vez que yo tuve que hacerlo y que, aunque mis compañeros estaban temblando como flanes yo me subi al viejo taburete con la tranquilidad de los elefantes cuando caminan hacia el cementerio y nada mas sentarme y el sombrero acercarse a mi cabeza un grito ajado y viejo anuncio que entraba en Slytherin sin siquiera despeinarme.
Suspiré mirando a Sel de nuevo y negando levemente con la cabeza. -La verdad esque no se como se hacen este tipo de cosas, pero dudo que quieras viajar junto a un grupo de niños excitados y nerviosos asique creo que sera mejor tomar la opción de los carruajes y luego podeis uniros a el grupo de nuevos alumnos.- murmuré metiendo un dedo en la jaula de Demise, esa lechuza podia considerarse afortunada, y acaricié su pico. Asenti con la cabeza cuando oí a Sel y murmure que la esperaria en ese compartimento hasta que acabase. Al salir me sente delicadamente y con esa especie de elegancia que rodea a todo Malfoy y me quede mirando por la ventana pensado en que Sel, para ser nueva y extranjera me habia caido muy bien, ojala acabase en Slytherin...

Asentí a lo que dijo, dando a entender que estaba totalmente de acuerdo con ella. Hice una mueca al imaginarme rodeada de niñitos nervisos que no paraban de hablar sobre lo que todos veíamos y de hacer preguntas.

Me despedí momentaneamente de ella y salí con paso decidido hacia el compartimento en el que estaban mis hermanos, o mejor dicho, el compartimento en el que había empezado mi viaje. Me lleve la gran bolsa de dulces, seguro que les encantaba la sorpresa, aunque conociéndome como me conocían seguramente no sería demasiada sorpresa. Entre como un tornado en el compartimento, en el que parecía haber más gente de la que habia dejado, pero ni siquiera me fijé en sus rostros, estábamos apunto de llegar a la estación de Hogsmeade y debía ponerme mi túnica.
-Frena un poco... -se quejó Charlie.

Lancé la bolsa de dulces en su dirección y la cogió al vuelo. Rápidamente Kiren se la quitó de las manos y después de oírles hablar un rato, sin saber que decían ya que estaba en mi mundo, totalmente concentrada en lo que estaba haciendo rápidamente, mi hermano pequeño se levantó y guardó la bolsa en su baúl.
-Luego las repartiremos, Sel, acuérdate de tu parte -me dijo.

Asentí mientras me abrochaba la túnica. Con lo que les gustaban los dulces, o mejor dicho, nos gustaban, no dudaba de que si a mi se me pasaba por alto ellos no me lo iban a recordar, más bien aprovecharían la situación y aumentarían su dósis de dulces.

Me despedí de ellos contándoles muy resumidamente que había conocido a una chica de Slytherin e iba a estar con ella. Seguía sin fijarme en los rostros de los demás, pero sabía que les ayudarían y sino ellos eran mayorcitos para apañárselas solos. Sin más, salí en dirección al compartimento de Druella.
-Ya estoy aquí -dije, abriendo la puerta del compartimento.

Mientras Sel estaba fuera, supuse que habria ido a parte de a vestirse a ver a sus hermanos, jugué con Demise metiendo la mano por la abertura de la jaula y no deje de mirar como el tren se acercaba cada vez mas a la estación de Hogsmeade. Vi pasar a un par de niños de primer año acompañados por un alumno de Gryffindor que probablemente seria un prefecto que los guiaba hacia uno de los vagones principales. Se me hacia raro ver pasar a un Gryffindor por el vagon destinado a los Slytherin desde hacia decadas. Los niños curiosearon por un hueco que habia quedado abierto en la puerta del compartimento y mucho de ellos volvieron la vista rapidamente, quizas porque yo lucia con orgullo mi insignia de Slytherin, quizás porque habian detectado en mi el gen Malfoy o simplemente porque ver a alguien mayor les daba vergüenza.
Un rato despues de ver pasar a los niños, cuando ya me habia cansado de jugar con Demise y el tren iva reducciendo la velocidad Sel volvio a entrar en el compartimento. -Hola de nuevo Sel.- murmure dulcemente con media sonrisa. Me levanté del asiento lentamente mientras las ruedas del tren chirriaban al detenerse el tren. -Ya estamos. Bienvenida a Hogwarts miss Ryddle.- dije con una sonrisa que desvelaba que yo misma estaba deseando llegar al colegio. -Esperemos un poco que se descongestionen los pasillo y salimos, ¿te parece bien?- comenté a la par que empezaba a oir como la gente salia de sus compartimentos.

Le devolví la sonrisa a Dru. Cuando volvió a hablar, dándome la bienvenida a Hogwarts, pude notar claramente que a ella le encantaba aquel lugar. No hacía falta hacer comentario alguno, no cabía lugar a dudas, al escuchar como me había llamado levante una ceja. Nunca me habían llamado así.
-¿Miss Ryddle? -repetí-. Me gusta -añadí con una sonrsilla traviesa y levantando la cabeza orgullosa.

Asentí a lo último que dijo. A mi no me gustaba demasiado estar demasiado rodeada de gente, pero si era así, por lo menos tener mi espacio. Suponía que en el momento de salir del tren aquello se llenaría de alumnos impacientes por llegar a los carruajes que había nombrado Druella, que se empujaban entre ellos. No, eso no era lo mío. Si salíamos en aquel momento acabaría embrujando a alguien antes de llegar al colegio, y aquello no sería empezar con buen pie.

Rei por la bajo paseando las uñas por los barrotes de la jaula a modo de despedida ya que no iva a volver a ver a la lechuza hasta la mañana siguiente si habia edición del periodico cosas que dudaba siendo el dia siguiente domingo. Mire por la ventana antes de cerrarla, mucha gente ya había salido del tren y podia ver a lo lejos como los de primer año ya ivan dirección al lago. Sonrei de lado y mire a Sel. -Ya podemos ir bajando, la mayoria ya han salido, les gusta llegar cuanto antes para poder tener su sitio habitual en las mesas.-
Para mi misma pense que eso era algo tonto porque normalmente cuando pasabas del segundo año tu sitio era tu sitio y nadie solia sentarse en el, a excepcion de los alumnos nuevos que estaba perdidos.
Abri la puerta del compartimento y mire a ambos lados del pasillo, algunos Slytherin aun seguian en los compartimentos. -Vamos...- dije a la par que salia del compartimento y espere a que Sel saliese tambien para bajarnos del tren y luego ir hacia las carrozas y asi llegar por fin al castillo. Mientras esperaba mire por las ventanas del compartimento que estaba al lado del nuestro para ver si localizaba las cabezas rubias de mis dos hermanos, que sabia que ellos solian salir de los ultimos, quizás aun seguian en sus compartimentos.